¡Felicitaciones por ser parte de la primera generación de su familia en ir a la universidad! ¡Usted no está solo! En el otoño de 2022, el 36,4% de los estudiantes universitarios de la Molloy University son estudiantes de primera generación. Esta guía está diseñada para ayudarle a navegar su educación universitaria.
Gracias a Samantha Velasco por su ayuda con la traducción.
Traducción de transcripción
El modelo de amenaza de estereotipos de Claude Steele analiza cómo los miembros de comunidades marginadas pueden desanimarse por los estereotipos de sus comunidades. Este desánimo puede provocar ansiedad, pérdida de motivación y, eventualmente, provocará una interferencia en el desempeño. Por ejemplo, una mujer que cree que algún día llegar a la presidencia será imposible debido a su género puede desanimarse tanto que ni siquiera lo intenta, incluso si está calificada.
Cuando comencé la universidad, luché muchísimo. De repente, me encontré rodeado de compañeros adinerados cuando yo mismo soy un estudiante universitario de primera generación de un hogar de bajos ingresos. No participé en las tradiciones del campus porque asumí que no existían para mi disfrute. Sentí que mi primer año fue un gran juego sobre lo que está mal en esta imagen y, sorpresa, fui yo. Me sentí completamente fuera de lugar y no tenía idea de adónde ir ni qué hacer.
Al comienzo de mi segundo año, me pidieron que ocupara un puesto en el gobierno estudiantil para supervisar los programas de diversidad e inclusión. Estaba aterrorizada e intimidada, pero decidí que era hora de ser valiente. Me encantaba el trabajo que estaba haciendo. Me convertí en defensora de la inclusión y la equidad, pero siempre había una vocecita dentro de mi cabeza que creaba dudas, preguntándome si estaba allí sólo porque me valoraban o si estaba allí porque la diversidad y la inclusión eran buenas palabras de moda y mi cara ¿ajustarse a la ley?
En ese momento yo trabajaba como intendente de hospitalidad en el estadio de las Suites. Muchos de mis colegas se sentaban allí con sus familias, y aunque durante el horario escolar éramos iguales, en este espacio yo ganaba un poco más del salario mínimo entre mis compañeros que estaban sentados en asientos que valían miles.
Como resultado, me volví cohibido en puestos de liderazgo y me preguntaba constantemente si encajaba en algún lugar. En ese momento todavía estaba en mi nicho de organizaciones culturales, fomentando comunidades con estudiantes de orígenes similares, pero ya no me sentía tan cómodo allí como antes. ¿Y por qué fue eso? Vivía dos vidas separadas y tenía un miedo desesperado de que interactuaran. Por un lado, no quería que me vieran como la mujer negra enojada o la estudiante universitaria pobre de primera generación, pero por el otro no quería que mi comunidad pensara que perdí de vista nuestras luchas porque no Ya no pasaba tanto tiempo allí. Estaba exhausto de ser arrastrado en tantas direcciones y no soy el único.
Sentirse fuera de lugar no depende del género, la raza o el nivel socioeconómico. Dios no permita que tu personalidad de los días laborables se encuentre con tu vida de sábado o tu nueva relación viendo tu viejo equipaje o tus amigos ricos viendo tu pasado plagado de inseguridad alimentaria. Debemos darnos cuenta de que sus vidas separadas nunca tendrán éxito hasta que se den cuenta de que son iguales. Si no, no estamos viviendo nuestras mejores vidas; Estamos viviendo nuestras mejores mentiras.
Superar los estereotipos es difícil, pero hay mucho que podemos hacer para combatirlo. Primero, sé valiente. Si estás en condiciones de hablar y usar tu voz, úsala. Hablar a través del miedo hoy permitirá que alguien más hable sin él mañana. En segundo lugar, reconozca las diferencias entre nosotros, pero sepa que no somos los estereotipos que nos imponen. Sepa que está exactamente donde necesita estar y que no tiene que ajustarse a ninguna etiqueta o estereotipo. En tercer lugar, sepa que pertenece al grupo al hacerse amigo, contratar y colaborar con personas que son diferentes a usted. No busque la diversidad para ajustarse a una cuota. Buscar la diversidad para aprender la magia de las historias individuales.
La diversidad no sirve de nada si no se establece la inclusión. Sentarse a la mesa no significa nada si no puedes decir lo que sientes mientras estás allí. Sepa que pertenece a los espacios en los que se encuentra y, si tiene dificultades para superar los estereotipos, sepa que no somos lo que hemos pasado, pero es nuestra responsabilidad hacer que nuestras experiencias importen. Después de todo, ¿a quién le importa encajar el molde cuando pueden crear uno nuevo todos juntos?
Gracias.